Como jóvenes con pensamiento global, todos tenemos derechos, responsabilidades y compartimos objetivos.
Encontramos soluciones específicas a asuntos locales, y así beneficiamos a nuestras comunidades, nuestro mundo y nuestro futuro. Al abrazar nuevas ideas, colaboración y diversidad, tenemos la pasión y la valentía de abordar los desafíos críticos de nuestro tiempo.